domingo, 28 de noviembre de 2010

Valores y menosprecios

Vivimos en una sociedad alarmantemente egoísta.

Día a día estamos perdiendo valores humanos, sentimientos y sensaciones que hasta hace bien poco eran imprescindibles, como el respeto, el amor, o simplemente la educación.

Actualemente, en esta época colmada de cambios, vemos sólo lo que nos interesa egoístamente, y ese no es el camino a seguir por una sociedad civilizada. Nos interesa más lo que pasa fuera de nuestras fronteras que dentro, donde hay demasiada división. Estamos pendientes del maltrato animal cuando hay familias rotas por el maltrato dentro de casa.

Cada día nos cuesta más expresar nuestros sentimientos, dar un buenos días o simplemente besar o abrazar cuando realmente nos apetece.

Todo esto es muy triste. Apelamos a la violencia a la mínima de cambio en lugar de pensar en buscar una solución pacífica y calmada, donde parece que el que se enfrenta a los demás tiene más cojones que nadie, y si vas en plan tranquilo eres un gilipollas.
Estamos volviendo a la era donde descendimos de los árboles.

Ahora vale más un puñetazo que un beso, o un insulto que un te quiero, incluso un temor de decir lo que sentimos prima más que soltar una fresca. Y así no avanzamos...

Queremos lo mejor para nosotros, pero atrás quedan, o al menos sólo para las épocas navideñas que se acercan, los miles que se mueren de hambre. Estamos en una sociedad rancia e hipócrita. Defendemos nuestros derechos sin pensar en los que no los tienen.

Y tú que estás leyendo esto ahora mismo seguramente lo corrobores. Pero no hacemos nada. Leemos, miramos, nos relacionamos, pero no hacemos nada. Estamos continuamente siendo manipulados por las altas esferas gobernantes y los estados ricos. Dejar de lado el "You've got to give for what you take".

Ya es hora de levantarnos en armas, cual revolución de los claveles portuguesa, y digamos bien alto:  ¡BASTA! DEJADME SENTIR, POR FAVOR... y lo que es más importante, expresadlo.

Saludos.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

La noche, fiel confidente

Cada vez tengo menos costumbre de algo que solía hacer no hace mucho: mientras leía noticias o charlaba con amigos en el ordenador miraba a través de mi ventana. Era algo realmente agradable, placentero, relajante. Sentado en mi butaca, con un cigarrillo en la mano y la ventana entreabierta,  apenas apreciaba ningún sonido exterior: todo se paralizaba, se quedaba tan en trance como yo. No eran horas para ruidos.

Tengo suerte con las vistas que me proporciona mi casa: mucha oscuridad, luces al fondo, y un cielo que cuando no está nublado permite ver la noche en todo su esplendor. Una luna brillante hacía que mis pensamientos fueran para otro lugar, y cuando no había luna, no había pensamientos, pero sí la tranquilidad que noche a noche obtenía de manera fácil y gratuita.

En esas horas donde el resto de los mortales suele estar descansando, o viendo la televisión, yo tecleaba, y miraba, y pensaba... jornada a jornada... y era tan grande lo que pensaba como la noche que lo envolvía. La noche pronto pasó a convertirse en una gran amiga, aquella que podía leer mis todo lo que estaba en mi cabeza sin apenas esfuerzo, porque siempre estaba ahí, como yo para ella. Un amor imposible...

Reconozco que los mejores momentos de mi vida los he pasado con la noche como testigo mudo de gran parte de ella. Me considero ser nocturno venido a menos, algo que podría definirme como "rara avis in terris", porque si algo te gusta tanto, ¿por qué renunciar a ello? Hay circunstacias que nos llevan a eso, a veces queriendo, a veces sin querer. Pero dentro de mis posibilidades intento aislarme cada vez que puedo del mundo sumergiéndome en sus brazos.

La noche siempre ha sido mi gran aliada. Nunca me ha fallado y nunca le fallaré. Sé que aunque nunca juntos siempre nos encontraremos en algún punto, en algún momento, antes o después, porque cuanto más grande era, más pequeño me sentía. Cuanto más crecía yo, más pequeña se veía. Insisto en que hay amores imposibles...

Por cierto, no os lo he comentado, mi nombre es Día.


martes, 23 de noviembre de 2010

Elementos de la naturaleza...

LA LLUVIA

Me gusta el otoño, me gusta la lluvia, y me gusta caminar por la ciudad mientras pequeñas gotas resbalan por mi cara mientras cierro los ojos. Es una de las sensaciones más relajantes que encuentro en esta vida, sobre todo cuando es por la noche y no hace excesivo frío. También me gusta ver la gente cuando corre al caer un chaparrón. Siempre sonrío, porque parece como si les persiguiera el diablo.

Jamás me han gustado los paraguas, no sé por qué me da por pensar que no veo si algo se me cae encima, aparte, claro está, de la lluvia. Para mí los paraguas no son más que estrellas encima de nuestra cabeza que nos impiden ver lo grande que es el cielo. 

Tampoco me gustan los chorros que caen sorpresivamente de los canalones: no llevar paraguas hace que me empape.

EL VIENTO

No, no me gusta el viento. El viento es algo que me pone de muy mala leche. Ese continuo soplido zumbando mis oídos y azotando mi cara no es algo agradable. Es más, tampoco me gusta conducir con viento, nunca se sabe cómo puede acabar un viaje con él zarandeando mi vehículo.

Pero sí me gusta el aire cuando me llega el perfume de una mujer. Dejaría que me golpeara cuanto quisiera, porque el perfume forma parte de la identidad de cada persona, y un perfume, mmm, un perfume es una de las sensaciones más placenteras que un ser humano puede tener. Siempre que pasa alguien por mi lado intento recoger una parte de ella con mi olfato, pues no todas las chicas están a mi alcance, pero sí una parte de ellas.

Me gusta el vuelo de una cometa, las formas caprichosas que hace cuando tiramos de los hilos. A veces pienso que mi vida es como una cometa... arriba, y de repente, en un grave y rápido giro, abajo...

EL SOL

Tampoco me gusta el sol. Al menos el sol que hace en mi tierra. Es duro, cruel, demasiado castigador como para gustar a alguien. No suelo salir desde las 11 de la mañana a las 11 de la noche en pleno verano. Es algo que odio, como el maldito sol de mi región. Nací en verano, y jamás me he acostumbrado a pensar cómo pude salir del vientre de mi madre. Tampoco me gusta la gente que dice disfrutar del calor, me sofocan.

Me encanta en cambio el sol de la playa al atardecer, ese que acaricia todo el cuerpo, dándole vida. Ese que anaranja todo lo que me rodea... ese mismo que con una brisa marina hace que piense en lo pequeños que podemos llegar a ser.  Me encanta ver los reflejos de un pelo sano y limpio con el sol. 

Me gusta el reflejo de unas gafas con el sol de fondo. Parece los ojos de quien me mira.

EL ARCO-IRIS

No es tan mágico como dicen el arco-iris. Sorprende la primera vez que lo ves, pero es muy aburrido. La gran cantidad de historias que he leído de los arco-iris ahora las veo repipis, estúpidas, insulsas. Un arco-iris es infantil, como si fuera la escalera hacia el cielo, pero cuando creces no es más que una ilusión óptica.

Incluso la canción "Somewhere over the rainbow" de Judy Garland me parece demasiado triste, prefiero la versión de Israel Kamakawiwo Ole, porque al menos me río cuando lo veo tan grande y con una guitarra tan pequeña, flotando en el mar a pesar de su corpulencia, y su voz suave a pesar de parecer un luchador de sumo. Pincha para verlo, su vídeo, su magnífica música y la letra traducida.

LAS TORMENTAS

Me encanta ver una tormenta desde el salón de mi casa. Es una ventaja tener grandes cristales y maravillarme con la caída de un rayo, la ceguera parcial que produce un relámpago o el estruendo de un trueno.

Me encanta ver a lo lejos mientras llueve una tormenta en la noche. Escuchar la cantidad de sonidos que produce, que hacen que me sienta más vivo que nunca, y que no siempre los arco-iris o el sol son los protagonistas de los cuentos de final feliz.

Me gusta mirar la tormenta a través de mi ventana, pero no me gusta estar debajo de una. Las razones son evidentes.

LA NIEVE

Me gusta ver caer la nieve delante de mis narices, sentir el cielo emplumado, la magia de pensar en un angelito jugando con otro a una guerra de almohadas. Me gusta ver la cara de los niños en la nieve, las sonrisas melladas y las cabezas cubiertas con gorros de lana. Me gusta ver sus manos violáceas cuando se quitan los guantes y la sensación de quemazón a pesar del frío cuando tengo nieve entre las mías.

No me gusta ver nevar en las películas. Tampoco me gustan los muñecos de nieve, que salen: los veo grotescos, feos, con nariz de zanahoria y ojos de carbón. En cambio me encanta hacer muñecos de nieve, ponerle cara con mis manos y nariz de palo. 

Y una bufanda para que no pase frío, paradojas de la vida.

EL FUEGO

Me gusta tomar un vino tinto delante de una chimenea mientras escucho el chisporroteo de las brasas. Me gusta conversar de todo y de nada, mientras hago como que escucho pero mi mente se concentra en las llamas. Me gusta tener una mujer con poca ropa delante de una chimenea, porque  no quema, pero me calienta más que el fuego.

Me gusta mirar a los ojos reflejados con fuego: ¿deseo, o ilusión? Simplemente es fuego, no es cuestión de ver algo que no hay.

No me gusta quemarme con fuego.

LAS DISCUSIONES

Me gusta discutir, debatir, ver los distintos puntos de vista de los demás. Prefiero una discusión con un café aromático delante que unas risas delante de un cubata. Me gusta más un cubata que un café, pero lo tomo mucho menos. Me gusta compartir momentos tensos de amigable discusión, donde un tira y afloja puede suponer la victoria o el fracaso, o llevar la razón o no...

No me gusta la naturaleza violenta de determinadas discusiones. Dos no se pelean si uno no quiere. El problema es que ese uno insista en querer.

Me gustan las discusiones que acaban en pelea si al final hay reconciliación bajo las sábanas. 

Me gusta discutir contigo cada vez que quiero hacer el amor.


domingo, 21 de noviembre de 2010

Presentación TFM en Lisboa

He estado este fin de semana presentando mi Trabajo de Fin de Máster en Lisboa, en el I Congreso Internacional TICEduca 2010.

Allí se han dado cita numerosas universidades, sobre todo portuguesas, españolas y brasileñas, con el fin de ver los progresos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Educación. La hora a la cual tuvo lugar la presentación no fue ni mucho menos la más óptima, pero allí dimos el callo y creo que gustó mucho, a pesar de haberla realizado en español, eso sí, apoyado por un Power Point en portugués para su mejor comprensión (debido a que el público era inminentemente portugués).

Aquí os dejo la presentación, por si la queréis ver o descargar... la verdad es que todo puede ser mejorado, pero qué demonios, el tiempo era oro y creo que está mejor de lo que se esperaba... Para ver el PP en su versión web puedes pinchar aquí:


Podéis ver la presentación sin animaciones, un poco más abajo, que la he subido ya...

Un saludo!

PD: si alguien que haya caído circunstancialmente en este blog estuviera interesado en el trabajo realizado, estaría dispuesto a compartirlo. Para ello envía un correo a ccartola@gmail.com

Presentación TICEDUCA 2010 de Lisboa

Estudio cualitativo sobre el uso docente de las TIC's en el CEIP "Calzada Romana" de Puebla de la Calzada (Badajoz)

sábado, 13 de noviembre de 2010

Hay cosas que con palabras se estropean

Eso dijo una persona, y realmente no le falta razón. Desde hace un tiempo a esta parte me recome la idea de saber para qué realmente se usan los blogs. Y no es fácil saberlo. Lo que sí tengo claro es que hay cosas que con palabras se estropean.

Ver miles de blogs te da la oportunidad de hacer un estudio global. Ver que hay gente que se dedica a publicar partes íntimas, cual diario público, da a entender la necesidad que hay de cariño en este mundo. Ver que una persona puede desperdiciar su tiempo pensando, como es mi caso, que alguien sepa descifrar todo lo que hay entre líneas, cuando realmente hay que buscar entre líneas, es una epopeya.

Los hay, en cambio, que prefieren demostrar al mundo sus conocimientos. Eso sí, si pueden, ayudados por Google. Son esos blogs de tipo guachipeich que te indican cosas que normalmente no buscarías en la vida en internet, pero que te muestran en páginas como meneame y que lees pensando... "¡Joder, cómo no se me habría ocurrido a mí esa entrada tan fantástica!", cuando realmente pasa el tiempo y tu cerebro lo desecha por ser especialmente inútil para tu existencia.

Chateando con la persona que me dio la idea para esta entrada le planteé una serie de incógnitas acerca de un blog que solemos visitar y es de tono erótico-festivo (sobre todo literariamente hablando). Y es que es curioso como la gente, en cuanto cierras un blog poniendo "Más de 18", entran como si su vida estuviera en peligro. El problema es que creen que lo que se escribe puede ser verdad. Yo, a día de hoy, que alguien cuente en público sus andanzas romanceras, como que no me lo creo mucho. Y sobre todo cuando te dice que tiene un hijo y un marido, y dos amantes a los que mantener (o que la mantengan a tono a ella, que todo puede ser).

Mucha gente espera en estos diarios absurdos de la vida sexual y no por ello sesusal, que sus sueños eróticos se hagan realidad. Es como pensar que por ver una película de George Cloony enrollándose con Megan Fox es la puerta real a que eso mismo te puede pasar a ti mañana.

Y ojo, que igual te pasa, pero no serás ni George Cloony ni Megan Fox (aplíquese según zagalería o sexo).

Mucha gente piensa y siente que escribir un blog es reflejar sentimientos. Todos los tenemos y siempre habrá alguien que se sienta identificado con ellas.  Los sentimientos son como las palabras de un nuevo idioma: mientras no haya alguien que hable tu mismo idioma, no será comprensible. Cuando se escribe uno plasma SUS sentimientos, pero la gente lo quiere interpretar como suyos. Y no siempre es así.

De ahí el peligro de blogs como este... ¿acaso alguien sabe las intenciones que tengo al hacer las entradas? ¿Se es tan superficial como para pensar que se puede descrifrar el verdadero motivo de una entrada?

La realidad es una, y es que hay cosas que con palabras se estropean. Y hay sentimientos que no los pueden describir las palabras. Aunque no hay que dejar de pensar que a veces las palabras son sentimientos que nos gustaría tener y se plasman, lo cual no es del todo real.

PD: gracias Camomila. Habrá una segunda parte seguro.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sobre las compras en internet

Una de las muchas preguntas que contínuamente me hacen por ser entendido en esto de las Nuevas Tecnologías es si es fiable comprar por internet.

Honestamente llevo muchas, muchísimas compras hechas por este medio y la verdad, hasta ahora no he tenido mayores problemas, salvo un par de caraduras que intentan aprovecharse de la situación del que no sabe y se la intenta meter doblada hasta atrás, pero hay medios para evitarlo como veréis más adelante.

Para empezar, decir que nadie está a salvo de estos delincuentes, y que por supuesto hasta los grandes bancos que gastan ingentes cantidades de dinero en seguridad online pagan a menudo las consecuencias: es el llamado "phising", o robo mediante la "pesca" (fishing en el idioma de Shakespeare) en la red. El tipo de estafa es muy común, y se basa en copiar literalmente los contenidos de una web. Salvo por detalles que cualquier usuario avanzado podría notar perfectamente, pero que ha sido el terrible dolor de cabeza de los citados bancos, pues se ha logrado desviar bastantes euros por este método, y claro, luego ellos, como aquel que dice, no se hacen responsables.

El tema es que hay muchos medios para poder comprar en internet, y últimamente se está poniendo de moda eso del "sello de calidad", o la confianza online, que intenta en la medida que le es posible vigilar nuestros derechos ante las última acometidas choriceras. Se podrá reconocer por un sello identificativo que cada vez lo veréis más a menudo (si picháis iréis a la página):


El tema es que cada vez nos sentimos más seguros gracias a estas empresas, donde incluso podemos hacer reclamaciones.

Para estar seguros de donde compramos y evitarnos sorpresas indeseables, hay que tener en cuenta una serie de factores cuanto menos importantes: que nos asegure PRIVACIDAD, que nos dé un RESGUARDO de la compra, que tenga certificados de seguridad, y, sobre todo, que sean cuanto menos conocidas y no nos vayamos a una "wachu-pichu" (El corte inglés, Carrefour, Amazon y un largo etcétera).

Desde hace mucho tengo una cuenta de PayPal, la cual, como he dicho antes, me dio más que un susto, ya que aparecía en mi cuenta corriente (la cual es imprescindible que se pueda ver online), que me habían pasado 5 pagos de 250 euros que no había realizado a una empresa de videojuegos (no penséis mal). El tema es que sin dudar lo primero que hice fue ponerme en contacto con el banco, vía email, para que paralizaran los pagos, y acto seguido contacté por la misma vía con PayPal, que inmediatamente se puso manos a la obra y en menos de 4 días había paralizado la operación.

Muchos dirán, vale, ¿y eso es seguridad? Pues sí. Lo es. Pongamos el caso de una persona que sale al extranjero contento y feliz como una perdiz con su VISA (imprescindible también). Realiza un pago por tierras asiáticas, donde felizmente ha estado, PEROOOOOO... a la hora de dar la tarjeta no ha visto por donde la han pasado, y puede ser que le hayan hecho un duplicado. El consejo al que esto lleva es que SIEMPRE TENGAMOS A LA VISTA LA TARJETA, y jamás decir que sí a si se la llevan, sea donde sea, aunque sea un establecimiento de confianza. Por supuesto poner siempre por la parte trasera de la tarjeta con permanente "SOLICITAR DNI", pues en caso de robo nos puede parar ese simple detalle de más de una sorpresa.

Aparte las empresas que operan con tarjetas de crédito suelen tener a su disposición la modalidad contrareembolso, para los más desconfiados. Aunque he de decir que cuando optamos por una web seria, de fiar, se encriptan nuestros datos de manera que es casi imposible hackearlos.

A continuación unos enlaces muy monos de sitios donde suelo comprar sin ningún problema:

En esta web me agencié mi fabuloso y extraordinario eBook "Kindle 3". Una compra auténticamente genial, pues por unos 140€ me compré el mejor Libro electrónico del momento, y puesto en casita...

 Dealextreme: la mayor tienda de chinos del mundo electrónico a unos precios de risa... Sin gastos de envío, aunque tardan un poco en llegar.

 
¡Si quieres perfumes, cremas... estas son tus tiendas, muy baratos! Una es española, y la otra americana, pero son todos originales...



 
Así podría continuar con muchas, muchas tiendas online que harían vuestras delicias, pero para eso os encomiendo a San Google, patrón de los buscadores... desde zapatillas exclusivas que no se encuentran en España a precios irrisorios, a camisetas, bolsos...

Acabo esta entrada con el último problema con los que somos aficionados a las compras por internet: hay actualmente un problema con una nueva empresa: Speed Trans, que no es más que la $GA€ de los envíos internacionales y que a más de uno le está dando verdadero dolor de cabeza.

Esta empresa se dedica a recaudar un impuesto revolucionario "supuestamente legal" por cada envío que proceda de fuera de nuestras fronteras europeas (sobre todo canon digital) y que supere los 22 €. Son los antiguos abonos por aduanas, pero ahora con una peculiaridad: te retinene el paquete que vean sospechoso, y tienes que acercarte a Madrid, estés donde estés, para abonar los costos derivados... vamos, que "se nos ha acabado el chollete para algunos"... Si alguien está más interesado en conocer cómo operan esta banda, os aconsejo que os paséis por este enlace: Speed Trans, ¿legal?

Y nada más, amigos míos... deciros que es una gozada comprar más barato y que no tengas que salir de casa buscando muchas cosas que igual no encuentras. Si se echa un rato por internet, todo es posible.

PD: nunca, jamás os fiéis de una ganga superchollo de una tienda que no tenga fiabilidad, suelen ser estafas que luego no podemos reclamar. 
Ebay ha dejado de ser lo que era, tampoco os fiéis de las miles de estrellas de los vendedores, suelen ser cuentas hackeadas. 
Las páginas más seguras son las que comienzan por https: que es un protocolo de seguridad, y normalmente suelen llevar un candado a la derecha de la dirección, indicando eso, seguridad. 
Por último, jamás hagáis compras de correos electrónicos que no habéis solicitado.

domingo, 7 de noviembre de 2010

¡Qué viene el Papaaaa!

Pues sí, nuestro querido Papa, de los de habemus, ha venido para hacernos una visita y reforzar las creencias de los españolitos.

Lástima que el pobre hombre no se haya dado cuenta antes que en este país se ha perdido la fe muy rápidamente, pero no sólo en su Iglesia, (extendida por toda la tierra), si no en todo: hemos perdido la fe en la economía, en la política, incluso en las clases sociales.

Me ha llamado la atención la que se ha armado en Barcelona. Allí, grupos radicales anti-cristianas han aprovechado la situación para poder salir a la calle a pie de armas para reivindicar todo lo que en un año no pueden, o al menos sin la visita de tan ilustre personaje.

Primero me ha llamado la atención el movimiento: "No a la visita del Papa. No con mis impuestos", sumamente gracioso, pues luego se permiten muchas cosas que hay que decir: "Que venga Dios y lo vea". O sea, que con los impuestos no están de acuerdo en una visita papal, pero oye, cuidado, que si viene de visita Oh-Bama, gran presidente estadounidense, se nos cae el culo a cachos. O lo que es mejor, atención al comentario que puede traer tralla: pagar con mis impuestos la vigilancia por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado porque hay un Madrid-Barcelona, o un Madrid-Atlético de Madrid... ahí, cuando se ven tanto policía de oscuro, o llámense antidisturbios, o a caballo, no se paga con nuestros impuestos...

Aunque no lo parezca, este va cantando:
¡Qué alegría cuando me dijeron...
vamos a la casa del Señor!

O vayamos más lejos, la visita de un famosete como Madonna, o cuando la selección ganó la Eurocopa y más postrera Copa del Mundo... ¿acaso creen esos del Feisbuk que no tienen escolta? Ay ay ayyy... que somos un país de fanes fanáticos, pero para lo que nos interesa.

Otro tema que ha hecho que al menos se me escape una sonrisa han sido los que promulgan el uso de condón. Y le echan la culpa al Papa porque, aparte de su edad, no deje usarlo. (El pobre hombre qué va a decir, que al menos por solidaridad con los estamentos eclesiásticos la gente no fornique, que ya de por sí es una putada ser cura en estos tiempos, como para que la gente se hinche a follar). Ahí vieras a jóvenes y viejos, algunas con condones puestos en la cabeza INFLADOS!!! Qué poco sentido del ridículo, pienso yo, porque mira que es hortera ver una despedida de solteras con chicas polla de juguete imitando unicornios, pero un condón, por Dios... y encima inflado: POR DIOS, y nunca mejor dicho. Ná, que con tal de protestar, tiramos el condón sin usarlo (mira que no hay mejor manera en esta vida de disfrutar del sexo, que es gratis, solo pagas los condones, pos nada, los y las manifestantes los dilapidaron sin dar previo y exitoso uso, así luego diremos: joder es que la crisis...

Y los grupos antisistema se reúnen igualmente para expresar su disconformidad con él. Eso lo veo yo tan estúpido como para salir a la calle porque no me guste una película, una canción, o más allá, un equipo de fútbol o, tal como va España, su Presidente. Y no, no lo hacen... ¿serán unos aprovechaos?

¡¡¡Suos voy a crují con mi báculo de los chinos
y mi anillo de Makoki como sigáis así!!!

El tema, y es a lo que iba con esta entrada, que la verdad, no creo que sea para tanto. A quien le guste, que vaya, y a quien no, se quede en casa... Pero por favor, un poco de respeto a esas personas creyentes. Ellas rezarán por el resto de los mortales, o al menos por mí, que no creo... en la Iglesia tal y como ahora está constituida y las riquezas que amansa. Todos al final tenemos nuestras creencias, y con ellas vamos en vida y morimos.

Sin más, recibid mi bendición, queridos hermanos.

PD: No es mi tónica usar la religión, sexo, edad, política, etc, para vanagloriarme en mis pensamientos. Pero amiwitos españoles, esa no es la manera de protestar. Si tanto queréis el uso del condón, o estáis en contra de pagar con vuestros impuestos la venida del Papa, hay otras muchas maneras de hacerlo, y mejor de lo que lo habéis hecho. Para eso, mejor quedaros en casa y cambiad de canal, es la mejor manera...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Sobre el libro que tengo en mente...

Muchas veces me pongo delante del teclado y trato de pensar en cosas que interesen. Otras muchas me dan ganas de tener una libreta al lado para poder anotar todo lo que pasa por mi cabeza, y una vez puestas en el ordenador, tratar de organizarlas.

El libro en sí no es más que una inquietud personal, un reflejo de las muchas cosas que pasan a diario, de la gran cantidad de detalles que tenemos ante nosotros y a veces pasan desapercibidas... fijarse en las formas caprichosas que toman las gotas de agua cuando caen en el suelo, o cómo un día soleado al cerrar los ojos notamos el calor en nuestro rostro, o, simplemente la capacidad inútil de muchas personas de intentar hacerse ver en los foros cobijándose en un anonimato que no siempre es bien recibido y que tanto cabreo nos causan, o tanto les causamos.

Cierto es que llevo poco, unas 8 páginas, pero lo veo con una redacción clara, sencilla, algo que se echa mucho de menos en una Biblioteca Universal como es internet, donde cada uno se cree más que nadie, o donde ya tenemos casi asumido el "todo vale, vale todo".

Busco opinión en este post, que casi nadie lee, -cosa que tampoco es que me importe mucho, al ser el lugar donde reflejo pensamientos en voz alta-. ¿Nombres en inglés o en español? ¿Dónde situar la acción, en qué lugar del basto mundo? ¿Historia de amor o de acción, ...o tal vez suspense...? ¿Protagonistas múltiples o sencillas vidas que al final se juntan en lo que ya es un estilo un poco quemado? ¿Final triste o feliz?

La verdad es que de tanto leer este batiburrillo se forma en la cabeza, por eso intento tener claro primero lo que quiero, a pesar que el título lo tengo claro, y sobre todo, la temática, pero no el desarrollo.

Estoy seguro que si le dedicara más tiempo, a una página por día, saldría algo interesante, pero es que me canso de todo, sobre todo tener que tomar notas para relacionar personajes, qué rollo es tener que pensar cuando no se tienen ganas, deberíamos poder tener una idea y tiempo indecible para sacarla adelante. Pero no todo es fácil por la cantidad de responsabilidades que nos tomamos a diario, y eso y el estado de ánimo influyen en el resultado final: me refiero a que es como escuchar música, a veces nos gustan baladas, hundirnos en lo más mísero de nuestra existencia, buscando una soledad difícil de conseguir en nuestros tiempos..., pero otras nos da por escuchar lo más cutre y movido que tenemos a mano, algo que haga que nuestro corazón bombee sangre hasta el último capilar de nuestro cuerpo, dándonos esa extraña sensación de vitalidad y euforia incontrolada, donde nada ni nadie nos importa y lo que más necesitamos es en esta puta vida un poco de egoísmo egocéntrico.

Al menos con lo que he escrito he conseguido un objetivo marcado: un post a la semana, ¿quién sabe si no habrá alguno más mientras encuentro tiempo en avanzar en mi libro? Cosa complicada, tengo que hacer un Power Point con la presentación que haré en Lisboa, y un escrito de unos 30 folios de resumen de mi trabajo final para su publicación en una revista de poca monta, pero que de momento me sirve para lanzar mi investigación a quien quiera leerlo. Como este Blog.

PD: siempre hay una posdata en cada escrito, para el que no se haya percatado. Y no, no es acordarme de algo y añadirlo luego. Es porque siempre me ha gustado la estupidez de poner PD. En este caso, hoy me lo dedico a mí mismo: No tengo ganas de escribir nada del libro. Mañana ya veremos.

lunes, 25 de octubre de 2010

Un nuevo curso lleno de esperanzas...

Desde mi cumpleaños que no escribo... Diosss, ¡y yo que me había jurado a mí mismo hacerlo cada semana!

El tema es que de nuevo estoy aquí, en un nuevo curso, con un máster entre mis brazos, otro en proyecto y un doctorado que empezar, al tiempo que continuar con el libro que hace más de un año comencé y que no tengo tiempo de seguir escribiendo. Total, que no voy a tener tiempo apenas de nada, encima tengo que ir a un Congreso en Lisboa en noviembre para exponer mi trabajo de fin de máster (que por cierto me ha servido para ser elegido "Alumno Distinguido" del máster, y del cual tal vez trate este artículo).

He estado pensando en un tema que fuera interesante para esta entrada, pero realmente no encontraba nada, con lo cual he dejado el título en el aire. Aún así he tenido varios conatos de ideas que reflejar, como el pasado cuando vuelve a casa por Navidad, o la felicidad, o la impasible levedad del ser humano. Como se puede leer, temas bastantes complejos y filosóficos que bien pudieran atender a un estado de ánimo.

Pero mira por donde, rectificando lo escrito anteriormente voy a hablar de ese galardón que me han concedido, el ser "Alumno Distinguido" del máster cursado... que ya que no tengo abuela, al menos que me dé el gusto a base de golpes de teclado...

Aún no entiendo muy bien qué quiere decir eso, si es un premio que se concede a los empollones, lo cual no es mi estilo, o si realmente premia algo tan en desuso como es el esfuerzo.

Sea como fuere ha sido cuanto menos sorpresivo. Cuando se me comunicó lo único que salió de mi boca fue un "Bien, pero, ¿para qué me vale eso?", la contestación fue más bien somera, "Es un reconocimiento de la Universidad a los mejores expedientes". El tema es que supongo que hay un acto, una entrega de diplomas, una comida y a casa.

No quiero darle mayor importancia que la que realmente tiene: si hay algo por lo que me siento orgulloso de lo realizado durante el último año ha sido mi capacidad de sacrificio. Una capacidad que muchos jóvenes rechazan aún teniendo todo el tiempo del mundo, y que para ser sincero, es muy difícil compaginar con un trabajo sobre todo psicológico como es el de los niños.

Si algún día inventan la máquina para volver atrás en el tiempo no haría otra cosa que aprovechar mi tiempo, dedicarme a lo que realmente me gusta, y no vivir como muchas generaciones hacen ahora teniendo mucho, muchísimo tiempo libre: somos lo que nos planteamos ser, nada más...

Alguien podrá decirme en mi contra que no siempre se cumple esta premisa, ya que hay muchísimas condiciones "externas" que no siempre son favorables. De acuerdo, pero... ¿en toda una vida no podemos alcanzar el ser lo que realmente queremos ser?

Este año he hecho la prueba de fuego con mis alumnos, poniéndolos a prueba y, como es habitual en mí, haciendo que piensen y razonen. La historia era sencilla: ver cómo disponen de su tiempo libre.

Les propuse para ello hacer una cuenta atrás de un día cualquiera en sus vidas: tienes de posesión 24 horas. Vamos a ir restando todas las "obligaciones" que tenéis y vamos a planificar cómo podemos vivir con lo que nos queda.

De 24 horas de un día, quitemos 8 ó 9 horas de sueño. Bien, nos quedan, haciendo esa simple resta, 15 horas, de las cuales restaremos 1 ó 2 en comer, y 5 clase. Como resultado nos quedan 7, tirando por lo alto. Ese es el tiempo que se tiene para uno mismo, ahora bien: ¿en qué se emplean esas horas?

Vamos a suponer que tenemos 2, o incluso 3 de juego. Podríamos decir incluso 4 viendo la tele. Nos quedan 3... ¿Estudiamos esas 3 horas? Por supuesto que no, de hecho, cojamos 1 hora de estudio o tareas, nos quedarían aún 2 que están en "punto muerto".

Al final les comenté que de la misma manera que en el colegio tienen un horario, y que cumplen a rajatabla, ¿por qué no hacen lo mismo con esas 7 horas en las que cabe de todo, ocio y estudios incluidos?

Me costó mucho mucho sacrificio sacar adelante mis últimos estudios. De hecho llegaba del colegio, comía, y acto seguido me iba a las clases presenciales hasta las 9'30 de la noche. Llegaba a casa, me daba una ducha, y cenaba. Tenía una media hora para ver la tele, y luego me disponía a estudiar y a realizar los trabajos que tanto trabajo costaban y tiempo quitaban.

Los mejores días acababa a las 3'30 de la mañana. Me despiertaba a las 7, y vuelta a empezar, día tras día y semana tras semana.

Este es el verdadero premio, la capacidad de haber sido capaz de poder organizarme para que todo tuviera cabida en mi caos personal. Algo tan sencillo que me ha servido más que un reconocimiento público en un acto de los que tanto odio asistir y al que no tendré más remedio...

Así que el briconsejo de hoy creo que está claro: cuanto más pensemos que nuestros días deberían tener 40 horas, y solo disponemos de 24, hacer un buen racionamiento de ellos es la mejor solución. Y todo, absolutamente todo lo que nos propongamos estará a nuestro alcance.

PD: Todo, salvo gastar el dinero en la primitiva, que está claro que no está hecha para mí (aunque para ser honesto, tampoco juego).

martes, 24 de agosto de 2010

Ayer fue mi cumpleaños...

Y no lo digo para que se me felicite, si no para mostrar mi pesar por lo implacable que es el tiempo con todo y con todos.

Atrás se quedaron los años de mocería y juventud, los días donde no había problemas por tener que hacer frente a pagos y a Hacienda, que bien somos todos para lo que interesa...

Pero estoy contento, suelo ser bastante autocrítico y veo que detrás de mi vida hay mucho de lo que sacar. Un año más, con la felicidad de haberlo vivido. Suelo ser el tipo de personas que no se regocijan en su pasado, pues pasado está. Vivo el presente y miro el futuro, pero al paso que vamos, mejor quedarse en el presente.

De aquí a una semana vuelta al cole. Un respiro entre sofocos ha habido, y un respiro entre sofocos seguro que me espera.

Entre tanto, me quedo con una frase que siempre he dicho: el tiempo pasa y las personas maduran. ¡Qué bonito sería tener la experiencia de ahora con la edad de hace 20 años!

Saludos.

viernes, 20 de agosto de 2010

El devenir de la educación (III) "Las Familias".

Hace muchos muchos años la figura del maestro /a era muy respetada en nuestro país. Lo era hasta el punto que lo que decía el profesional iba a misa, y era tan tan respetado como el cura, el alcalde o el médico del pueblo.

Eran años de educación clásica, años donde la letra con sangre entraba, y los castigos corporales estaban a la orden del día. Se pensaba que un guantazo a tiempo, un regletazo en la mano -o veinte-, o ponerte de rodillas mirando al rincón con los brazos abiertos y los tomos de María Moliner sobre ellos ejerciendo tortura, incluso existía el original maestro que imponía las orejas de burro, una especie de cucurucho con orejas de asno cuando el sujeto sufridor no se había estudiado la lección y, por consiguiente, era el animal de la clase.


"Otra vez haciendo de helado caído en el suelo, cawen tó"
"¡Dios, como sea un supositorio no vuelvo a hacer maldades, lo juro...!"
"Y si me tiras de la otra patilla te guiño un ojo..."

Eran, como digo, malos tiempos de una educación clasicista, con unas familias clasicistas, y donde imperaba el respeto ante el trabajo y el buen hacer del maestro. Ojo si llegaba una notita diciendo que no habías hecho las tareas, o si te había castigado por algo, porque en casa papá no se andaba con chiquitas y el bofetón o el castigo estaba asegurado. Ah, y si no hacías nada (o ese era tu mejor excusa), te castigaban igual para que hicieras algo, que para eso ibas a la escuela.

Pero todo cambia, ese maestro con sueldo mísero, casi indignante, que vivía en los pueblos en casas "acomodadas" para ellos porque no tenían donde hacerlo, y donde los regalos como manzanas cada día o turrones en Navidad estaban a la orden del día cambió.

Los niños de la LOGSE vivieron en cierto modo todo esto, pero esa no era la solución más adecuada. Era indignante para los gobernantes ver cómo los hijos de sus votantes tenían que repetir o tripitir, pasar reválidas, estudiar mucho... no no, quita quita, eso no podía ser. Vamos a cambiar la ley, haciéndola mejor para todos, donde solo se repita una vez, donde le demos más fuerza a las familias, y, sobre todo, donde en caso de polémica, apartaremos de momento al profesional hasta que se aclare todo.

Entonces tras la muerte del dictador español, se potencian los sindicatos, las asociaciones de padres... vamos, todo lo que estaba prohibido hasta entonces.

Y es en estas cuando cambia la sociedad, nos volvemos más libertinos después de una represión de 40 años, y empezamos a contemplar el "todo vale, vale todo". Y me explico: la cultura de una generación como la mía, en la que estudiabas sí o sí, porque luego tenías que hacer una carrera universitaria, se cae como una baraja de naipes.

Son años de bonanza económica, y esos padres como yo que habían heredado los suéters de hermanos mayores, donde teníamos un juguete al año (maravillosos clicks de famóbil), y una cartera que tenía que durarte durante todo el colegio, se va transformando.

¿Cómo sucede esto? Pues muy sencillo. Gracias a la entrada en el mercado laboral de las madres. Hasta entonces habíamos vivido en la familia tradicional, donde el padre trabajaba 16 horas al día, aparecía poco por casa y cuando se hacía una trastada tu madre decía "Verás cuando llegue tu padre", se te caían los pantalones y te entraban ganas de no salir del servicio en 4 días. Llegaba tu padre, y desde el castigo a no ver la tele o no salir a jugar a la calle, hasta los más duros que cinturón en mano te arreaban con la correa dejándote el culo como el de un mono.

Estas familias cambian, modifican la conducta de la educación recibida, ya que era demasiado corporal, y se empieza a modificar por los refuerzos, positivos y negativos, que en otros países tan buenos resultados arrojaba. Recordemos que nuestro modelo educativo es una copia del francés, y así nos ha ido...

El tema es que siempre van apareciendo generaciones. La mía de los 16 años era la de salir y verte en la calle, siempre en el mismo punto, ya que siempre se salía por los mismos sitios -y no había móvil para localizar a la gente-. No teníamos motos, ni coches, y con una paga semanal de 20 duros (equivalente a unos 60 céntimos actuales), te daba para mucho. Todo era compartido por la pandi de turno, y salías y te lo pasabas bien, muy bien, porque ligabas y era todo de otra manera.

El caso y para no perdernos es que los españoles nos volvemos más ambiciosos. Queremos tener más, buenas vacaciones, y para eso mamá, que hasta ahora había guiado nuestra educación en casa, nos ponía de comer a las 2, la merienda a las 6, y manejaba el tiempo de juego desaparece.

Aparecen los "niños llavero", esos niños que son los últimos en cerrar la puerta de casa para ir al colegio o instituto y son los primeros en abrir la puerta de casa porque sus padres trabajan. Esos padres intentan darle a sus hijos todo aquello que no pudieron tener con su edad, y pasamos de una familia ahorradora a una familia capitalista y derrochadora, donde las marcas prevalecen, y tener el mejor coche, o la casa de campo son un objetivo a conseguir: tanto ganas tanto eres.

El niño pues, empieza a depender de sí mismo en muchos apartados, y se le dan responsabilidades que hasta ese momento eran impensables: padres que al llegar una edad de los chavales (normalmente 16 años), los dejan solos en casa el fin de semana, con refuerzos como premios ante los estudios, (la moto), y si suspendes, pero luego apruebas, no pasa nada, es el maestro que te tiene manía.

Pasamos pues, de diferenciar los niños zoquetes o vagos para el estudio a los niños que tienen necesidades educativas especiales (los tontos siempre lo han sido y siempre lo serán), y si no se esfuerza, pero viene el padre amenazando... ¡qué coño! Un 10 para el nene que seguramente va para Ministro (nótese la ironía).

Esos niños "burbuja", que estuvieron bajo la protección de sus dejados padres, al crecer cumplieron con todas las expectativas que podía esperarse: quiero más, quiero esto, si no me lo das... es decir, amenazas, rebeliones... y padres desesperados diciendo que no pueden con ellos.

He tenido incluso casos de padres que me dicen que no pueden con sus hijos de 5 años. A ver, señor o señora, si con 5 años no es capaz de hacerse con su hijo/a, tenga por seguro que con 14 le echa de casa. El caso es que pasamos de una educación cerrada y física, a una de proteccionismo exacerbado, o lo que es lo mismo, de un extremo a otro. Y todos sabemos que los extremos nunca fueron buenos.

Siguiendo con la política familiar, se le da a los padres una gran importancia dentro del Sistema Educativo, lo cual es muy muy positivo, ya que aunque el maestro educa, sobre todo enseña, y lo que no viene de casa, poco o nada se puede hacer. El maestro, esa figura entrañable y respetada, viviendo en casi la pobreza, va tomando forma de diana social, y se empiezan a lanzar dardos venenosos contra el colectivo: desde el que les tiene manía a mi hijo, hasta el es que no enseñas nada (digo tú porque de usted nada de nada)... o sea, que todo el mundo sabe ahora de enseñar, educar... todo el mundo tiene la capacidad de criticar el trabajo para el que hemos estudiado, todo el mundo tiene hecha la carrera de Pedagogía o Psicología, y cuando se aconseja que se haga algo, encima te dicen que estás equivocado. Siempre pongo dos ejemplos que se me han dado y con lo que he contestado:

1. La madre o padre que viene enojado y me dice: es que no sabes explicar. Bien, acepto la crítica, pero... ¿tiene usted hecho Magisterio?, ¿acaso me meto yo en cómo debe fregar su casa?

2. El padre o la madre que viene diciendo: es que tienes que poner más tareas, o más que estudiar, que mi hijo pide. Señor /a, si el médico le dice que se tome estas pastillas o estas otras, ¿acaso se compra otras distintas y se las toma?

Vamos, que sobre todo en las grandes ciudades, la gente que es médico, abogado, y otras carreras de distinta índole e importancia social (por su alta compensación económica), también han estudiado Magisterio. Y lo peor de todo es que apenas aparecen por casa a diario y te vienen cuando el mal está hecho, que son las notas.

Curiosamente vienen a informarse siempre cada mes y antes de los boletines los padres que realmente se preocupan y cuyos hijos van bien. Soy una persona abierta a las críticas, pero nunca haré nada que no sea en beneficio de mi clase como grupo, o de un alumno como individuo.

Las familias deben cambiar su manera de pensar, y sobre todo de actuar con los maestros y profesores. No me vale el manido "ya estamos, dos meses de vacaciones" (que la puerta de Magisterio está abierta para todo el mundo, se matricula, pasa al menos 3 años, se prepara unas oposiciones, y cuando las saque, aguante a esos memos que siempre salen con esas).

Somos un país de envidiosos. Cuando las cosas iban bien, cuando las cosas marchaban en una economía bollante, éramos los funcionarios del Estado los pobrecitos que míralos, ahí con su mísero sueldo.

Ahora ha estallado la crisis, y somos de nuevo el eje del mal: "Claro, como vosotros no tenéis problemas" (pero Santo Dios, que has tenido un chalé de 300.000€ y un coche de 40.000€ mientras yo sigo pagando mi hipoteca de 80.000 y mi coche de 25.000).

El caso es que el devenir de la educación pasa por unas familias más responsables. Tener hijos es, ante nada, una responsabilidad, y como tal debemos tomarla. El maestro profesor de ahora está para ayudar, aconsejar, llegar a acuerdos y tomar decisiones sobre las medidas a tomar con los niños, pero no está para hacer lo que sus padres no hacen, ni para recoger niños porque sus padres trabajen, ni tan siquiera para hacer el mes de julio porque claro, sus padres han elegido agosto para ir de vacaciones. Si en un caso se diera que nos meten ese mes más de clase se puede armar la marimorena, porque entonces yo podría exigir por derecho o el mes de julio, o de agosto o de septiembre de vacaciones, y claro, menudo guirigai se montaría en las administraciones... ¿cuándo entrarían los niños al colegio si no hay profesores?... un jaleo, vamos.

Aparte y para finalizar diré que somos los que menos días de vacaciones anuales tenemos en Europa: sí sí, como se lee... tampoco tenemos días de asuntos propios... pero es que somos maestros, esos individuos raros que han perdido poder social, y a los que a base de ley se les está dando importancia: ya no vale ir a dar una paliza al maestro porque ha suspendido o castigado a mi hijo. Ahora tenemos una cosa a nuestro favor: somos agentes de la autoridad, y como tales, cuidadito con nosotros.

jueves, 19 de agosto de 2010

El devenir de la educación (II) "Los Centros Educativos".

Hay un dicho que afirma que hay casas de gente, y gente de casas. En los centros públicos dedicados a la educación de sujetos podría decirse que sucede lo mismo.

La administración nos da carta blanca y, aunque regidos por una ley común, se podría decir que cada centro posee una independencia personal -siempre basada en las condiciones socioeconómicas de las familias- que hacen que cada centro sea peculiar, algo así como una pequeña empresa dentro de un conglomerado general.

En lo que llevo de vida laboral como docente he conocido sólo 4 centros, y cada cual con sus historias, todos ellos muy diferentes por una razón: los sujetos que los moran, o, lo que es lo mismo, por los profesores y profesoras que ejercen.

Siempre he sido partidario de la movilidad del profesorado, una movilidad que enriquecería a los moradores apoltronados cuales lapas en roca durante décadas y que se han ganado -o no- un prestigio que a nadie beneficia. Durante mi estancia por 4 años en el sur de la región, en un C.R.A. que englobaba 4 pueblos, éramos 14 profesores, de los cuales tan sólo 2 tenían la plaza. Luego se le sumó 1 profesora más, y acabé yéndome cuando llegaban los recién aprobados opositores. Todos ellos de paso, todos ellos sin ánimo de crear raíces, incluso los dos que comenté al principio.

Fueron los mejores años de mi vida, con 25 años todos éramos jóvenes y con ganas de trabajar (retórnese a la historia de los Sancho). Allí tuve la oportunidad de ser Jefe de Estudios de gente de mi quinta y más jóvenes, y todo fue genial. Todos trabajaban (y mucho) y todos obtenían recompensas por ello. Fue el último año de mi estancia allí el peor de todos, puesto que un individuo de raíces gaditanas, corroído por la envidia y por el ansia de irse cuanto antes a su tierra después de haber chupado de la teta de otra comunidad, el que hizo de abogado del diablo, echándome al resto de la gente encima. Pero eso es harina de otro costal, y que le den por donde amargan los pepinos, no le deseo ningún mal a diferencia de él, porque tengo más clase y mejor educación.

Luego aprobé la oposición, e hice mi año de prácticas cerquita de donde vivo. Allí lo mejor es que había mucha gente como yo, joven, y fue lo mejor de lo mejor. Un equipo directivo entrado en años puso la nota discordante, y el director, maravillosa persona, me trató siempre genial, como en años anteriores, por mis conocimientos informáticos. Un año para recordar.

A partir de ahí malo malito malo eh, eh... Pasé a un colegio en el quinto jaray, muy lejos de mi zona de residencia, e iba y venía cada día. Hay veces que no sé por qué si sabes de algo, te dan por todos lados, y me da la ligera sensación que cuanto más edad tiene la persona que está al frente de la Jefatura de Estudios, más rencor y odio acumulan.

Una bruja teñida de rubio al más puro estilo Aramis Fuster (incluso se le parece), no sé qué tuvo en mi contra. Es lo que tiene la edad, y mientras los niños trabajaban se limaba las uñas. Un lujo del trabajo en la fase Sancho Panza.

Formaba grupo con las eméritas del lugar -o en proceso de emeritarse- y chinchorreaban a cascoporro, de todo y de todos, y cuando tú tardabas un minuto en entrar a los niños enseguida iba con cara de no muy buenos amigos a echar la bronca, mientras en sus cascarrillos tardaba 10 ó 15 minutos según el tema a discutir.

El caso, una muy mala jefa de estudios, con un director demasiado bueno, y un claustro dividido entre los viejos y los jóvenes, donde, por supuesto, ganaban los viejos porque tenían los puestos altos del colegio. En fin, salí de allí tras tres años sufriendo, baja por depresión incluída ante el acoso al que me vi sometido (eso que ahora está de moda y lo llaman mobbing) y que no fue denunciado Dios sabe hoy por qué. Menos mal que a día de hoy tanto director, como jefa de estudios, como eméritos están jubilados. Recuerdos y que os dure.

Y pasamos a la actualidad. De Guatemala a Guatepeor. Estoy en un centro muy muy gracioso, donde está el director, buena gente y dicharachero a la par de hipócrita, que comparte reino con su señora esposa. A la derecha del señor una muy buena persona e íntimo amigo de la pareja, y a la izquierda un nuevo cargo después que saliera del mismo dirección sur un chico de la misma edad que yo. Del nuevo decir que le puede el dinero y el ser un chaquetero, pues él mismo junto al anterior equipo directivo del que formó parte intentaron denunciar a la inspección al director que ahora le puso en el cargo. Una situación vomitiva, pero no deja de ser cuanto menos irónica.

¿Qué es lo mejor y lo peor? Que para mandar, hay que saber mandar. Es una premisa que aprendí hace muchos años. No te puedes escudar en un cargo esperando que los demás te solucionen todo sin dar la cara. Y lo peor no es eso, no debes ser tan manipulable, o si tienes que dar broncas no puedes decir "me han venido diciendo que...", y mucho menos poner en tela de juicio el trabajo de los compañeros, sean de la edad que sean.

Ahora bien, se han establecido dos frentes diferenciados, algo que me suena al anterior centro donde estuve: los mayores y los jóvenes. De momento somos mayoría, así que nos putearan, pero al menos no nos callaremos. Un centro que podía ser muy muy bueno estropeado por cuatro.

Y así estamos, este año seguramente concurse. Por un lado no quiero ceder ante presiones para que me vaya y deje las cosas como un mínimo grupo de personas quieren que sea, y por otra porque no tengo obligación ninguna de aguantar a gente hipócrita, que van de odiar a gente con iniciativa y conocimientos sobrados, a gente que cuando alguien se le mete entre cejas lo machacan (este año gracias a una compañera por fin me han dejado tranquilo. Ahora a ver lo que aguanta esta sin pasar por la denuncia...).

Un Centro Educativo debe ser un centro neutral, donde la mayor premisa sea trabajar y dejar trabajar. Donde el apoyo al compañero debe primar, y donde debe estar abierto a todo tipo de iniciativas y de familias (no solo el... "cuento con vosotros para esto y lo otro, pero esto que no me interesa os quedáis fuera").

Aparte somos insolidarios, y como se te ocurra ir contracorriente, ufff... mal irás. Los profesionales del gremio al que pertenezco son envidiosos, codiciosos y ruines. Pero por otro lado siempre habrá, como en todos lados, gente que realmente merezca la pena, que haga las cosas de una manera altruísta, con ganas de colaborar, de entrar con una sonrisa, y de no machacar al personal en base a sus gustos y preferencias.

Acabo diciendo algo que siempre digo: al final, todos hemos llegado aquí de la misma manera, no te confundas, que tu cargo no es como el de un rey, por "gracia divina".

PD: la inspección tiene mucha culpa de todo lo que sucede en los centros, protegiendo a quien no debe por intereses ocultos. Actualmente hay muchos, muchísimos casos donde la presunción de inocencia se deja de lado y se aparta al profesional como medida preventiva. Si no confían en nosotros, mal vamos.

Una de vacaciones estivales

Pues ya he llegado porque estoy aquí, de nuevo con una entrada.

Esta vez os voy a contar mis largas vacaciones, no ya por el tiempo dedicado, sino por los kilómetros realizados, ya que en 8 días he visitado 3 de las ciudades más grandes de España, Madrid, Barcelona y Valencia, con un total de unos 2000 kilómetros a nuestras espaldas.

MADRID
Lo reconozco: soy un enamorado de Madrid, pero viniendo de una ciudad pequeña, tranquila y barata, la verdad es que no puedo estar más de un fin de semana. Sé manejarme por esta ciudad con encanto, y sobre todo con zonas muy delimitadas con sitios maravillosos. El tema es que en esta ocasión, y teniendo en cuenta que luego partíamos para Barcelona, nos fuimos a un hotel en el Norte, a casi las afueras, donde por el módico precio de 48€ nos entraba el desayuno, y nos servía de lanzadera para el día siguiente.

Madrid es magia. Pasear por la GranVía, meterte en la zona comercial de la Calle Preciados, bajar hasta Sol, y visitar la Plaza Mayor no tiene precio. Miles de transeúntes de distintas nacionalidades, en un ir y devenir, unos admirando su belleza, otros corriendo por sus calles... es algo encantador, al tiempo que embriagador.

En un alto en el camino, el mercado de San Miguel, donde se pueden contemplar todo tipo de tapas, frutas, postres... un lugar encantador de reunión donde tomar uno de mis mayores pecados: la cerveza bien tirada, fría y exquisita.

Una preciosidad, ¿verdad?
Toma que toma tá...











Bien, para finalizar fuimos a ver el Congreso de los Diputados, las fuentes de La Cibeles y Neptuno, junto al Museo Tyssen. Para descansar, al Parque del Retiro, una de barcas con risas, y al hotel que nos esperaba un viajecito de 600 kms.

ZARAGOZA
Stop en el camino. Justo a la mitad entre las dos ciudades más grandes de España. Siempre he oído que Extremadura es yerma, seca, dura... no sé quién afirma esto, tal vez no conozca mi región en su mejor momento. Sí, vale, es muy dura en verano, con unas temperaturas que por mucho que se viva aquí no hay quien se adapte, pero bueno, eso que llevamos de ventaja al cambio climático.
Pero no me lío y voy a la historia de Zaragoza: Ni entramos en la ciudad. ¿Por qué? Mirad la imagen y tendréis la explicación.

Centro Comercial "Gran Plaza" (Zaragoza)

Impresionante Centro Comercial sin necesidad de entrar en la ciudad. De impresionante estilo vanguardista, dividido en dos secciones (una a cada lado de la autovía), se unen por medio de un monorrail gratuito... (sí sí, habéis leído bien)

Precioso monorrail del Centro Comercial.
Es, sin duda, el más bonito que he visto en mi vida y por el que merece ir a Zaragoza sólo por verlo. Mirad, mirad, os muestro cómo es por dentro...

Qué, ¿os gusta? Pues al natural es la "milk"...
En fin, que nos quedamos tan emparanoiados con el tema del Centrito Comercial que se han cascado en Zaragoza que nos pegamos todo el tiempo dando vueltas. Al final, un café y a seguir que quedaba la mitad de camino.

BARCELONA
Poco o nada puedo aportar de esta maravillosa ciudad que no se haya dicho ya. Miles y miles y miles de personas caminando. Pero no fue eso lo que más me llamó la atención del viaje. Lo que más fue...
Hotel Porta Fira de l'Hospitalet del Llobregat
Habitación "Glaglagla" (babita cayendo)
Pues sí. Un espectacular, vanguardista y moderno hotel que se erige a lo lejos cual lata de Coca-Cola (marca registrada), y que nada más entrar huele a nueeeeevo. Se inauguró en febrero, y, qué deciros, este fabuloso hotel de 4 stars (4!!!) con un precio de 50 lereles por habitación con desayuno, wifi, y unas habitaciones que no eran grandes pero sí espaciosas, con vistas a según qué parte de la lata te mandaran (la nuestra miraba al peor lado, que era el industrial, pero los del otro ala apuntaban directamente a Barcelona), con 23 pisazos y una velocidad de ascensores que cuando ibas por la mitad el estómago te hacía cosquillitas como si fueras montado en una noria... (por cierto, 5 ascensores nuevos novísimos de la muerte).

El tema, que una pasada de hotel. Lo que más nos gustó sin dudarlo de todo el viaje, puesto que Barcelona...

Pues realmente me gustó, con un pero, que es como al que le gusta el chocolate, o el chorizo, y le da un empacho. Al principio flipé con el tema de ciudad moderna, cosmopolita y blablabla... muchas cosas que ver pero como que todo a mucha distancia: de la Sagrada Familia a El Pedregal taco de kilómetros, de ahí a el Parque Güell, taco de kilómetros, y claro, en Barcelona "la pela es la pela," y "Barselona es bona si la bolsa sona", y el metro como os podéis imaginar, pues cling cling (y encima sin bono de turista como en Madrid, que sí que lo veo preparada en ese aspecto y no tan "saqueadora").

Cosas buenas de Barcelona: la gente, turismo a tope, avenidas grandes, anchas, enormes, buenos monumentos pero llega un punto que te saturan, estilo de vida genial.
Cosas malas de Barcelona: sus radares (grrrrr), la velocidad a la hora de entrar en la ciudad (80 km/h para ahorrar combustible y evitar contaminación???), el metro (que huele no mal, sino fatal y encima con un "microclima" de tipo tropical, donde sudas más que el sobaco de un indio tras una cacería), y las distancias. Aparte si quieres viajar, paga peaje. Si quieres visitar monumentos, paga transporte. Si quieres ver monumentos, espera cola kilométrica como su ciudad.

El tema, que todo muy bonito, pero todo muy caro, y todo como muy "demasiado" en todos los sentidos. De su gente sólo puedo hablar no bien, si no muy bien, porque siempre nos trataron fenomenal y muy simpáticos. 

Si destaco algo que me maravilló por demás y que añoro de mi ciudad: su limpieza, saber estar... y su INCREÍBLE Fuente de Montjuic (madre de Dios qué preciosidad)... aparte de otras muchas cosas que seguro que más de uno me ataca por dejarme en el tintero, pero que realmente fueron maravillosas.

Un día de estos, me pillo unos altavoces y unos focos multicolores, y hago lo mismo con esta que está en mi ciudad...


No creo que sea igual, pero a lo mejor la gente flipa...
Bueno, pues el caso, que me considero más partidario de Madrid, pero sin denostar Barcelona, que me ha parecido una maravilla, pero me esperaba mucho más. Sobre todo en facilidades en el metro (ya lo he dicho antes, pero es que el de Barcelona huele tan tan mal, incluso peor que el de Madrid, y agobia tela...). En su favor, muchas cosas, estuvimos 5 días... las Ramblas mu monas, pero mu hartantes, y mucho miedo por los carteristas.

No puedo dejar pasar el día que estuvimos en la playa de Sitges. Un sitio precioso, una arena fina y suave, y un mar que se veía el fondo de lo clarita del agua. Sin duda, aparte de ser paraíso gay -cosa que entiendo perfectamente- es muy recomendable, pues hay gente de todo tipo y maneras, desde parejas a familias, y, como no, homosexuales que van muy a su bola (algunos un poco llamativos, con tabletas de chocolate y muchas horas de gimnasio para sorprender, y vaya si lo consiguen!!!).

Otra cosa antes de acabar y que me decepcionó fue no poder ver la catedral. En fin, otra vez será, y algo que me encantó fue la cantidad de people que había descendientes de emigrantes de mi tierra. En cada sitio que íbamos decían: por el acento sois de .... y nosotros, pos sí, de ahí mismo... anda, pues mis padres son de... Genial, sencillamente genial.

VALENCIA
Tras 5 días sintiendo el catalanismo en nuestras venas, y después de haber visto 3 banderas autonómicas, nos piramos a Valencia. 
GRACIAS TOM-TOM por existir!!! Ni una señalización en lo que recorrimos la ciudad que nos indicara dónde estaba el Hotel o el Oceanográfico y la Ciudad de las Ciencias y las Artes (en castellano, que estuve dos días y no se me pegó el acento valenciano).

Bien, pues por fuera es ESPECTACULAR lo que tienen montado. El aspecto exterior es una pasada, aunque eché de menos alguna cosilla que otra, como fuentes, lugares de refresco que mejoraran el bochorno que hacía nada más salir del coche y que hacía ahogarme en mi propio vaho. Sudé más que un sindicalista en la época de Franco, y bueno, ahora va la crónica de la maravillosa Ciudad de las Ciencias y las Artes.

L'oceanogràfic
La primera, en toa la boca. Una entrada que englobaba los 3 lugares más llamativos a la módica cantidad de 31'60€ (Viva la crisis y la madre que los parió), o sea que al final tendríamos que haber gastado por entrar dos adultos y un niño unos... 31'60x2= 63'20+entrada de niño de 5 a 12 años 24'00 euros, pues como decían en el Un, Dos, Tres, responda otra vez... 87'20 por tres personas (yujuuu, a tomar por culo vacaciones). Eso sí, podías entrar en dos días y cuantas veces quisieras, pero en el día que te tocara (eso son facilidades), y tenías que elegir la peli a ver en el Hemisfèric en el momento de comprar la entrada (eins?, si no sé ni las pelis que tenéis...).

Ole qué bonito... tanto casi como CARO CARÍSIMO
El caso es que entramos con una entrada de adulto con 15% de descuento por estudiante universitario (menos mal que de algo sirve pagar una matrícula de máster), junto a un 2x1 en Carrefour (que sí leñe, que comprando 30 lereles en esa gran superficie te regalaban una entrada de igual o menor precio), y que mi hijo de 5 años, bien fermoso y que no sólo aparenta esa edad, sino más, pasó por un niño de 3 (lo que hacen los Potitos de ahora, xDD), fueron un total de unos 22 euros los tres (gracias Dios mío por inventar las mentiras piadosas, ya que Valencia no tiene piedad...). Un robo a mano armada, la verdad, porque visto lo visto...

El oceanario pues bonito sí que es, teniendo en cuenta que el día nos salió de esos que vas caminando y te vas deshaciendo en agua, sin una puñetera fuente donde calmar la sed (miento de nuevo piadosamente, había una, que probé el agua y estaba más caliente que la entrepierna de Ronaldo), nos gastamos en agua lo que no está escrito, a la maravillosa cantidad de 2 euros la botella de medio litro, nos beberíamos unas 5 botellas o más,... con lo cual eso hay que sumárselo al precio de la entrada. Por cierto, el agua no la vendía fría, estaba templada, pero mejor eso que no morir deshidratados.

A lo que iba, que el oceanario es bonito, sí. Pero no me sorprendió más que otros ya visitados, llámense los de Lisboa o el de Málaga. No era como para meter el sablazo monumental de 24 euros la entrada por eso solo. Además si me apuras, en una mañana se puede ver todo, con lo cual dime tú si están bien empleados o no, porque, ¿qué haces el resto del día? En fin, resumiendo, mu mono por fuera, poco vistoso o muy manido por dentro. ¿Merece la pena? Pues depende si has visto otros, porque si lo has hecho, visto uno, vistos todos.

Museo de las Ciencias
Genial, maravilloso, estupendo, increíble... para los niños. A mí me llamaron la atención un par de cosas o tres, pero chico, quienes más disfrutaron del evento fueron mis sobrinos de 10 y 15 años. Mi hijo de 3 casi 4... que diga 5, pues estaba entusiasmado, y es que ya se sabe que eso de poder tocar en lo que se quiera sin que te digan "eso no se toca", le gusta a cualquiera.

La entrada en cuestión cuesta 7'50, y para mí es lo mejor de todo lo de allí. Son 3 plantas... errr, mejor dicho 2, porque la del medio vaya patata de planta sobre los premios Nobel que ni a mí me llamaba la atención. Y la superior con una de Star Trek para frikis que hubieran seguido la serie (aquí pocos habría, pero bueno), con cosas chulas, como maquetas de la Enterprise, trajes del Spook, y cosas así. Llamativo sin más. Y sí, merece la pena entrar solo por ver toquetear a los adultos en cosas hechas para niños... pero si tenéis ocasión de visitar otras ciudades con un museo como este, no lo dudéis (llámese Granada, de lo bueno lo mejor, y de lo mejor, lo superior, además con una ciudad con tanto encanto y tan económica que os sorprenderá).

Hemisféric
Llámese a un lugar cerrado donde meten a un wevo de gente para ver una película que pensábamos que era en 3D o que se movían los asientos. Pero no. La cúpula del cine, supermona de la muerte, es la más grande que he visto.

A la entrada te daban unos cascos estúpidos, que la gente se ponía nada más entregárselos. Parecían un ejército de frikis del futuro. El caso es que la peli que cogimos era una bazofia tipo documental de la 2 sobre dinosaurios, los cascos no hacía falta que te los colocaras porque solo aportaban sonido en tu idioma, y al final tan tan grande era la pantalla que a veces se te quedaba este careto de anormal con mareo incluído del movimiento de la cámara:

Gracias al sujeto por ofrecerse a la foto tras la peli xDD (espero que no tenga copyright)
En fin, que no aconsejo bajo ninguna circunstancia pagar 7'50€ por una dosis de mareo y una peli-documental que puedes ver en el salón de tu casa sin necesidad de pasar por caja y que se te quede la cara arriba reflejada tras la sesión.

Una vez finalizada la peli, vuelta a la salida de la muerte, pasando calor de mil demonios, y una cosa llamativa: no te hacen salir por un túnel fresquito no, te hacen subir al exterior, para luego bajar y volver a subir (supongo que el precio de las entradas no les da para poner una mijita de aire acondicionado, pero bueno).

También destacar una exposición de dinosaurios por el que no estuvimos dispuestos a pagar ni un euro más. 

Al día siguiente, a las 8 en pie, y vuelta a casa. Agotador el viaje, pero no menos que las vacaciones. 

PD: tuvimos que descansar para poder quitarnos la bizquera del cine, si no, no hubiéramos llegado en la vida.