lunes, 19 de septiembre de 2011

Nos hacemos mayores...

Otro año más. 

Otro inicio de curso.

No paro de tener proyectos en mente y, si tuviera dinero, compraría tiempo.

Aunque si tuviera tiempo necesitaría comprar dinero para disfrutarlo.

Pero ni el tiempo ni el dinero son cosas que se pueden comprar.

Un libro ni a medio escribir, un doctorado en no sé qué aún, una mañana completa ocupada usando mi voz, una tarde sin ganas de hacer nada, y una noche en la que me encanta sumergirme pero por culpa de mi trabajo la uso para lo que la usan el resto de los mortales...

Leo mucho, oigo postcasts de programas realmente interesantes, y no veo la tele salvo los días que echan partidos de mi equipo.

Nos hacemos mayores, aunque nos cueste reconocerlo, y mi gran suerte es que sigo creyendo en el amor por encima de todo.

He tenido un inicio de curso movidito. Lo que más me importa es el tiempo que he empleado, y lo que menos en en quiénes lo he hecho.
Duele ver pasar el tiempo y seguir metido en una rutina sin fin, pero sin esa rutina no me imagino tampoco qué sería de mí.

¡Qué mierda no tener tiempo... ni dinero! Aunque...

¿Qué se podría comprar con dinero? ¿Y qué se podría hacer con todo el tiempo del mundo?