martes, 27 de julio de 2010

El devenir de la educación (I) "La política".

A pesar que muchos creen que Grecia fue la precursora de la educación, que lo fue por la existencia de la Academia, donde los sabios del momento exponían sus teorías sobre el universo y la filosofía, en un momento donde la contemplación y la experimentación tenía gran importancia, pero donde la pedagogía aún distaba de lo que realmente se conoce actualmente, históricamente se tiene conocimientos del nacimiento de la educación desde tiempos más avanzados, en la sabia y antigua Roma, donde ésta adquiere un papel cuanto menos relevante para la sociedad del momento. Las escuelas aparecen como la necesidad de formar y enseñar, además de recoger a los niños para que aprendieran el latín, lengua oficial del imperio, principalmente.

Después en la Edad Media, como todos sabemos, la sabiduría se recogía en los templos y monasterios, y donde la tasa de analfabetismo superaba con creces a la de las personas que sabían leer y/o escribir.

Comenius es el padre de la Pedagogía, pues la instaura de manera autónoma como una Ciencia, pero no es hasta el S. XIX  donde no se puede hablar propiamente de "Pedagogía", o ciencia que se dedica al estudio de los niños. Pestalozzi es la figura más importante dentro de este género, pues "reestructura" la Pedagogía Tradicional.


Ahora en el S. XXI se plantean y continuamente estudian teorías para facilitar los aprendizajes, y aún así España es uno de los países con mayor tasa de fracaso escolar, ¿alguien en algún momento se ha llegado a plantear realmente el por qué?

La primera razón, y basándome en mi experiencia personal, es la falta de un quórum o entendimiento -por parte de los partidos políticos- para llegar a realizar una auténtica Ley de Educación, válida para el momento que vivimos, y dejando de lado ideologías políticas que aún prevalecen sobre el bien del alumnado. No podemos subsistir en un país donde en los últimos 12 años se han vivido ¡¡¡3 leyes de Educación distintas!!! Al no haber una estabilidad al respecto, no puede haber una Comunidad Educativa que reme en la misma dirección.

Sé que es fácil decirlo, pero es absolutamente necesario si queremos que nuestros/as pupilos/as tengan un futuro cuanto menos común. Son tantas las siglas acumuladas en estas 2 últimas décadas que nos perdemos: hijos de la LOGSE, la LODE, la LOCE, la LCE... y al final se concluye que las ratios por abandono de estudios es cada vez mayor, y que las calificaciones obtenidas en informes PISA son cada vez más decepcionantes en Lengua y Matemáticas, estando a la cola y solo por encima de un trío de países (Portugal, Italia, Grecia). Patético.

Hablando de ese mismo informe PISA, se observa que son los países situados a norte de Europa los que mejores resultados obtienen. Postura del Gobierno: si tienen tanto éxito, copiemos su sistema (aunque el español tiene claras reminiscencias francesas). Problema: copiemos su sistema, pero ojo, no realicemos inversiones como las que allí se realizan ni tengamos en cuenta la situación geográfica. ¿Cómo va a rendir de la misma manera un alumno que tiene de media 12 horas de sol con uno que tiene la mitad? Pues es imposible. Parece mentira que aún no se hayan dado cuenta que el clima es un factor importantísimo, y bajo esa primera premisa se debería realizar un Sistema Educativo que se adecúe a las características de nuestro alumnado.

Una educación de calidad requiere de muchos esfuerzos: por parte de la Administración, del conjunto de profesores, de los padres, de los alumnos, de la sociedad en general, y, sobre todo, de una economía que asegure una igualdad de oportunidades FICTICIA, ya que en el terreno laboral, por desgracia, esta igualdad no es más que una sociedad competitiva, donde tu trabajo determina tu status social.

Eso choca frontalmente con el status que el profesorado actual ha ido tomando, pasando de ser una figura respetable -aunque pobre-, a ser la fuente de los males educativos y sociales, todo ello bajo la distraída mirada de la Administración, que disfruta con estadísticas pero ignora personas, que atiende al padre o a la madre que a la mínima intenta crucificar al maestro y criticarlo, abriendo investigaciones inmediatamente porque es más fácil tener a un padre contento que a un maestro aliviado de tensiones para que se pueda dedicar a lo que mejor (en teoría) sabe hacer.

Por último, y para finalizar esta primera disertación sobre la educación y su devenir, quiero hablar de una cosa muy importante: la integración. Ese fenómeno gracias al cual un alumno o alumna con Necesidades Educativas Especiales ingresa en un centro con el objetivo de integrarse. La Administración ha logrado que estos niños disfruten del máximo de ayudas, económicas y humanas, en un proceso sin precedentes a nivel histórico. Un niño con Síndrome de Down hasta hace 50 años era enclaustrado en su casa, prácticamente aislado, como si de un salvaje se tratara. Actualmente se le escolariza, se pone con alumnos que acuden a clase, y se dan claros casos de algunos que llegan a cursar incluso estudios universitarios.

Todo esto está genial, muy muy bien, pero vamos a complicar el problema: un niño autista, o un niño con problemas de edad mental. Pasa por el colegio, está durante 3 años de Educación Infantil -normalmente-, y acto seguido pasa a formar parte de la Educación Primaria. En como mucho 7 años va a adquirir el mismo título que un niño de Sobresaliente. ¿Justo, o no? No entraré en el tema, sólo diré que debería haber, dentro de esta etapa OBLIGATORIA, distintas medidas y distintos títulos según las necesidades detectadas.

En mis tiempos, como el de muchos otros, la Educación era clasista, basada en "la letra con sangre entra". Esto no es necesario, pero gracias a eso nos forjamos en una cultura de ESFUERZO, que a muchos ha recompensado y a otros les ha trastornado, pero supimos lo que costaba sacar adelante las cosas.

No tengo datos de PISA de aquel entonces, pero estoy seguro que el nivel de abandono de estudios era muy inferior, y que la gente luchaba por no repetir, tripitir... ahora nos encontramos con padres y alumnos que dicen: total, como ya no puedo repetir más, me tocos los pendientes reales hasta que acabe... y claro, así llegan a Educación Secundaria, y a los 16 los tenemos como los tenemos (en casa).

Resumo un poco todo lo anterior dicho concluyendo que hace falta un gran entendimiento por parte de los partidos políticos en materia educativa, que hace falta invertir mucho más en educación, y que la educación compensatoria y la integración son pilares básicos de convivencia, pero el premio es demasiado alto para los que no pueden, o no quieren, llegar a unos mínimos de exigencia y esfuerzo.

Siguiente capítulo: Los profesionales de la Educación.