jueves, 19 de agosto de 2010

El devenir de la educación (II) "Los Centros Educativos".

Hay un dicho que afirma que hay casas de gente, y gente de casas. En los centros públicos dedicados a la educación de sujetos podría decirse que sucede lo mismo.

La administración nos da carta blanca y, aunque regidos por una ley común, se podría decir que cada centro posee una independencia personal -siempre basada en las condiciones socioeconómicas de las familias- que hacen que cada centro sea peculiar, algo así como una pequeña empresa dentro de un conglomerado general.

En lo que llevo de vida laboral como docente he conocido sólo 4 centros, y cada cual con sus historias, todos ellos muy diferentes por una razón: los sujetos que los moran, o, lo que es lo mismo, por los profesores y profesoras que ejercen.

Siempre he sido partidario de la movilidad del profesorado, una movilidad que enriquecería a los moradores apoltronados cuales lapas en roca durante décadas y que se han ganado -o no- un prestigio que a nadie beneficia. Durante mi estancia por 4 años en el sur de la región, en un C.R.A. que englobaba 4 pueblos, éramos 14 profesores, de los cuales tan sólo 2 tenían la plaza. Luego se le sumó 1 profesora más, y acabé yéndome cuando llegaban los recién aprobados opositores. Todos ellos de paso, todos ellos sin ánimo de crear raíces, incluso los dos que comenté al principio.

Fueron los mejores años de mi vida, con 25 años todos éramos jóvenes y con ganas de trabajar (retórnese a la historia de los Sancho). Allí tuve la oportunidad de ser Jefe de Estudios de gente de mi quinta y más jóvenes, y todo fue genial. Todos trabajaban (y mucho) y todos obtenían recompensas por ello. Fue el último año de mi estancia allí el peor de todos, puesto que un individuo de raíces gaditanas, corroído por la envidia y por el ansia de irse cuanto antes a su tierra después de haber chupado de la teta de otra comunidad, el que hizo de abogado del diablo, echándome al resto de la gente encima. Pero eso es harina de otro costal, y que le den por donde amargan los pepinos, no le deseo ningún mal a diferencia de él, porque tengo más clase y mejor educación.

Luego aprobé la oposición, e hice mi año de prácticas cerquita de donde vivo. Allí lo mejor es que había mucha gente como yo, joven, y fue lo mejor de lo mejor. Un equipo directivo entrado en años puso la nota discordante, y el director, maravillosa persona, me trató siempre genial, como en años anteriores, por mis conocimientos informáticos. Un año para recordar.

A partir de ahí malo malito malo eh, eh... Pasé a un colegio en el quinto jaray, muy lejos de mi zona de residencia, e iba y venía cada día. Hay veces que no sé por qué si sabes de algo, te dan por todos lados, y me da la ligera sensación que cuanto más edad tiene la persona que está al frente de la Jefatura de Estudios, más rencor y odio acumulan.

Una bruja teñida de rubio al más puro estilo Aramis Fuster (incluso se le parece), no sé qué tuvo en mi contra. Es lo que tiene la edad, y mientras los niños trabajaban se limaba las uñas. Un lujo del trabajo en la fase Sancho Panza.

Formaba grupo con las eméritas del lugar -o en proceso de emeritarse- y chinchorreaban a cascoporro, de todo y de todos, y cuando tú tardabas un minuto en entrar a los niños enseguida iba con cara de no muy buenos amigos a echar la bronca, mientras en sus cascarrillos tardaba 10 ó 15 minutos según el tema a discutir.

El caso, una muy mala jefa de estudios, con un director demasiado bueno, y un claustro dividido entre los viejos y los jóvenes, donde, por supuesto, ganaban los viejos porque tenían los puestos altos del colegio. En fin, salí de allí tras tres años sufriendo, baja por depresión incluída ante el acoso al que me vi sometido (eso que ahora está de moda y lo llaman mobbing) y que no fue denunciado Dios sabe hoy por qué. Menos mal que a día de hoy tanto director, como jefa de estudios, como eméritos están jubilados. Recuerdos y que os dure.

Y pasamos a la actualidad. De Guatemala a Guatepeor. Estoy en un centro muy muy gracioso, donde está el director, buena gente y dicharachero a la par de hipócrita, que comparte reino con su señora esposa. A la derecha del señor una muy buena persona e íntimo amigo de la pareja, y a la izquierda un nuevo cargo después que saliera del mismo dirección sur un chico de la misma edad que yo. Del nuevo decir que le puede el dinero y el ser un chaquetero, pues él mismo junto al anterior equipo directivo del que formó parte intentaron denunciar a la inspección al director que ahora le puso en el cargo. Una situación vomitiva, pero no deja de ser cuanto menos irónica.

¿Qué es lo mejor y lo peor? Que para mandar, hay que saber mandar. Es una premisa que aprendí hace muchos años. No te puedes escudar en un cargo esperando que los demás te solucionen todo sin dar la cara. Y lo peor no es eso, no debes ser tan manipulable, o si tienes que dar broncas no puedes decir "me han venido diciendo que...", y mucho menos poner en tela de juicio el trabajo de los compañeros, sean de la edad que sean.

Ahora bien, se han establecido dos frentes diferenciados, algo que me suena al anterior centro donde estuve: los mayores y los jóvenes. De momento somos mayoría, así que nos putearan, pero al menos no nos callaremos. Un centro que podía ser muy muy bueno estropeado por cuatro.

Y así estamos, este año seguramente concurse. Por un lado no quiero ceder ante presiones para que me vaya y deje las cosas como un mínimo grupo de personas quieren que sea, y por otra porque no tengo obligación ninguna de aguantar a gente hipócrita, que van de odiar a gente con iniciativa y conocimientos sobrados, a gente que cuando alguien se le mete entre cejas lo machacan (este año gracias a una compañera por fin me han dejado tranquilo. Ahora a ver lo que aguanta esta sin pasar por la denuncia...).

Un Centro Educativo debe ser un centro neutral, donde la mayor premisa sea trabajar y dejar trabajar. Donde el apoyo al compañero debe primar, y donde debe estar abierto a todo tipo de iniciativas y de familias (no solo el... "cuento con vosotros para esto y lo otro, pero esto que no me interesa os quedáis fuera").

Aparte somos insolidarios, y como se te ocurra ir contracorriente, ufff... mal irás. Los profesionales del gremio al que pertenezco son envidiosos, codiciosos y ruines. Pero por otro lado siempre habrá, como en todos lados, gente que realmente merezca la pena, que haga las cosas de una manera altruísta, con ganas de colaborar, de entrar con una sonrisa, y de no machacar al personal en base a sus gustos y preferencias.

Acabo diciendo algo que siempre digo: al final, todos hemos llegado aquí de la misma manera, no te confundas, que tu cargo no es como el de un rey, por "gracia divina".

PD: la inspección tiene mucha culpa de todo lo que sucede en los centros, protegiendo a quien no debe por intereses ocultos. Actualmente hay muchos, muchísimos casos donde la presunción de inocencia se deja de lado y se aparta al profesional como medida preventiva. Si no confían en nosotros, mal vamos.

Una de vacaciones estivales

Pues ya he llegado porque estoy aquí, de nuevo con una entrada.

Esta vez os voy a contar mis largas vacaciones, no ya por el tiempo dedicado, sino por los kilómetros realizados, ya que en 8 días he visitado 3 de las ciudades más grandes de España, Madrid, Barcelona y Valencia, con un total de unos 2000 kilómetros a nuestras espaldas.

MADRID
Lo reconozco: soy un enamorado de Madrid, pero viniendo de una ciudad pequeña, tranquila y barata, la verdad es que no puedo estar más de un fin de semana. Sé manejarme por esta ciudad con encanto, y sobre todo con zonas muy delimitadas con sitios maravillosos. El tema es que en esta ocasión, y teniendo en cuenta que luego partíamos para Barcelona, nos fuimos a un hotel en el Norte, a casi las afueras, donde por el módico precio de 48€ nos entraba el desayuno, y nos servía de lanzadera para el día siguiente.

Madrid es magia. Pasear por la GranVía, meterte en la zona comercial de la Calle Preciados, bajar hasta Sol, y visitar la Plaza Mayor no tiene precio. Miles de transeúntes de distintas nacionalidades, en un ir y devenir, unos admirando su belleza, otros corriendo por sus calles... es algo encantador, al tiempo que embriagador.

En un alto en el camino, el mercado de San Miguel, donde se pueden contemplar todo tipo de tapas, frutas, postres... un lugar encantador de reunión donde tomar uno de mis mayores pecados: la cerveza bien tirada, fría y exquisita.

Una preciosidad, ¿verdad?
Toma que toma tá...











Bien, para finalizar fuimos a ver el Congreso de los Diputados, las fuentes de La Cibeles y Neptuno, junto al Museo Tyssen. Para descansar, al Parque del Retiro, una de barcas con risas, y al hotel que nos esperaba un viajecito de 600 kms.

ZARAGOZA
Stop en el camino. Justo a la mitad entre las dos ciudades más grandes de España. Siempre he oído que Extremadura es yerma, seca, dura... no sé quién afirma esto, tal vez no conozca mi región en su mejor momento. Sí, vale, es muy dura en verano, con unas temperaturas que por mucho que se viva aquí no hay quien se adapte, pero bueno, eso que llevamos de ventaja al cambio climático.
Pero no me lío y voy a la historia de Zaragoza: Ni entramos en la ciudad. ¿Por qué? Mirad la imagen y tendréis la explicación.

Centro Comercial "Gran Plaza" (Zaragoza)

Impresionante Centro Comercial sin necesidad de entrar en la ciudad. De impresionante estilo vanguardista, dividido en dos secciones (una a cada lado de la autovía), se unen por medio de un monorrail gratuito... (sí sí, habéis leído bien)

Precioso monorrail del Centro Comercial.
Es, sin duda, el más bonito que he visto en mi vida y por el que merece ir a Zaragoza sólo por verlo. Mirad, mirad, os muestro cómo es por dentro...

Qué, ¿os gusta? Pues al natural es la "milk"...
En fin, que nos quedamos tan emparanoiados con el tema del Centrito Comercial que se han cascado en Zaragoza que nos pegamos todo el tiempo dando vueltas. Al final, un café y a seguir que quedaba la mitad de camino.

BARCELONA
Poco o nada puedo aportar de esta maravillosa ciudad que no se haya dicho ya. Miles y miles y miles de personas caminando. Pero no fue eso lo que más me llamó la atención del viaje. Lo que más fue...
Hotel Porta Fira de l'Hospitalet del Llobregat
Habitación "Glaglagla" (babita cayendo)
Pues sí. Un espectacular, vanguardista y moderno hotel que se erige a lo lejos cual lata de Coca-Cola (marca registrada), y que nada más entrar huele a nueeeeevo. Se inauguró en febrero, y, qué deciros, este fabuloso hotel de 4 stars (4!!!) con un precio de 50 lereles por habitación con desayuno, wifi, y unas habitaciones que no eran grandes pero sí espaciosas, con vistas a según qué parte de la lata te mandaran (la nuestra miraba al peor lado, que era el industrial, pero los del otro ala apuntaban directamente a Barcelona), con 23 pisazos y una velocidad de ascensores que cuando ibas por la mitad el estómago te hacía cosquillitas como si fueras montado en una noria... (por cierto, 5 ascensores nuevos novísimos de la muerte).

El tema, que una pasada de hotel. Lo que más nos gustó sin dudarlo de todo el viaje, puesto que Barcelona...

Pues realmente me gustó, con un pero, que es como al que le gusta el chocolate, o el chorizo, y le da un empacho. Al principio flipé con el tema de ciudad moderna, cosmopolita y blablabla... muchas cosas que ver pero como que todo a mucha distancia: de la Sagrada Familia a El Pedregal taco de kilómetros, de ahí a el Parque Güell, taco de kilómetros, y claro, en Barcelona "la pela es la pela," y "Barselona es bona si la bolsa sona", y el metro como os podéis imaginar, pues cling cling (y encima sin bono de turista como en Madrid, que sí que lo veo preparada en ese aspecto y no tan "saqueadora").

Cosas buenas de Barcelona: la gente, turismo a tope, avenidas grandes, anchas, enormes, buenos monumentos pero llega un punto que te saturan, estilo de vida genial.
Cosas malas de Barcelona: sus radares (grrrrr), la velocidad a la hora de entrar en la ciudad (80 km/h para ahorrar combustible y evitar contaminación???), el metro (que huele no mal, sino fatal y encima con un "microclima" de tipo tropical, donde sudas más que el sobaco de un indio tras una cacería), y las distancias. Aparte si quieres viajar, paga peaje. Si quieres visitar monumentos, paga transporte. Si quieres ver monumentos, espera cola kilométrica como su ciudad.

El tema, que todo muy bonito, pero todo muy caro, y todo como muy "demasiado" en todos los sentidos. De su gente sólo puedo hablar no bien, si no muy bien, porque siempre nos trataron fenomenal y muy simpáticos. 

Si destaco algo que me maravilló por demás y que añoro de mi ciudad: su limpieza, saber estar... y su INCREÍBLE Fuente de Montjuic (madre de Dios qué preciosidad)... aparte de otras muchas cosas que seguro que más de uno me ataca por dejarme en el tintero, pero que realmente fueron maravillosas.

Un día de estos, me pillo unos altavoces y unos focos multicolores, y hago lo mismo con esta que está en mi ciudad...


No creo que sea igual, pero a lo mejor la gente flipa...
Bueno, pues el caso, que me considero más partidario de Madrid, pero sin denostar Barcelona, que me ha parecido una maravilla, pero me esperaba mucho más. Sobre todo en facilidades en el metro (ya lo he dicho antes, pero es que el de Barcelona huele tan tan mal, incluso peor que el de Madrid, y agobia tela...). En su favor, muchas cosas, estuvimos 5 días... las Ramblas mu monas, pero mu hartantes, y mucho miedo por los carteristas.

No puedo dejar pasar el día que estuvimos en la playa de Sitges. Un sitio precioso, una arena fina y suave, y un mar que se veía el fondo de lo clarita del agua. Sin duda, aparte de ser paraíso gay -cosa que entiendo perfectamente- es muy recomendable, pues hay gente de todo tipo y maneras, desde parejas a familias, y, como no, homosexuales que van muy a su bola (algunos un poco llamativos, con tabletas de chocolate y muchas horas de gimnasio para sorprender, y vaya si lo consiguen!!!).

Otra cosa antes de acabar y que me decepcionó fue no poder ver la catedral. En fin, otra vez será, y algo que me encantó fue la cantidad de people que había descendientes de emigrantes de mi tierra. En cada sitio que íbamos decían: por el acento sois de .... y nosotros, pos sí, de ahí mismo... anda, pues mis padres son de... Genial, sencillamente genial.

VALENCIA
Tras 5 días sintiendo el catalanismo en nuestras venas, y después de haber visto 3 banderas autonómicas, nos piramos a Valencia. 
GRACIAS TOM-TOM por existir!!! Ni una señalización en lo que recorrimos la ciudad que nos indicara dónde estaba el Hotel o el Oceanográfico y la Ciudad de las Ciencias y las Artes (en castellano, que estuve dos días y no se me pegó el acento valenciano).

Bien, pues por fuera es ESPECTACULAR lo que tienen montado. El aspecto exterior es una pasada, aunque eché de menos alguna cosilla que otra, como fuentes, lugares de refresco que mejoraran el bochorno que hacía nada más salir del coche y que hacía ahogarme en mi propio vaho. Sudé más que un sindicalista en la época de Franco, y bueno, ahora va la crónica de la maravillosa Ciudad de las Ciencias y las Artes.

L'oceanogràfic
La primera, en toa la boca. Una entrada que englobaba los 3 lugares más llamativos a la módica cantidad de 31'60€ (Viva la crisis y la madre que los parió), o sea que al final tendríamos que haber gastado por entrar dos adultos y un niño unos... 31'60x2= 63'20+entrada de niño de 5 a 12 años 24'00 euros, pues como decían en el Un, Dos, Tres, responda otra vez... 87'20 por tres personas (yujuuu, a tomar por culo vacaciones). Eso sí, podías entrar en dos días y cuantas veces quisieras, pero en el día que te tocara (eso son facilidades), y tenías que elegir la peli a ver en el Hemisfèric en el momento de comprar la entrada (eins?, si no sé ni las pelis que tenéis...).

Ole qué bonito... tanto casi como CARO CARÍSIMO
El caso es que entramos con una entrada de adulto con 15% de descuento por estudiante universitario (menos mal que de algo sirve pagar una matrícula de máster), junto a un 2x1 en Carrefour (que sí leñe, que comprando 30 lereles en esa gran superficie te regalaban una entrada de igual o menor precio), y que mi hijo de 5 años, bien fermoso y que no sólo aparenta esa edad, sino más, pasó por un niño de 3 (lo que hacen los Potitos de ahora, xDD), fueron un total de unos 22 euros los tres (gracias Dios mío por inventar las mentiras piadosas, ya que Valencia no tiene piedad...). Un robo a mano armada, la verdad, porque visto lo visto...

El oceanario pues bonito sí que es, teniendo en cuenta que el día nos salió de esos que vas caminando y te vas deshaciendo en agua, sin una puñetera fuente donde calmar la sed (miento de nuevo piadosamente, había una, que probé el agua y estaba más caliente que la entrepierna de Ronaldo), nos gastamos en agua lo que no está escrito, a la maravillosa cantidad de 2 euros la botella de medio litro, nos beberíamos unas 5 botellas o más,... con lo cual eso hay que sumárselo al precio de la entrada. Por cierto, el agua no la vendía fría, estaba templada, pero mejor eso que no morir deshidratados.

A lo que iba, que el oceanario es bonito, sí. Pero no me sorprendió más que otros ya visitados, llámense los de Lisboa o el de Málaga. No era como para meter el sablazo monumental de 24 euros la entrada por eso solo. Además si me apuras, en una mañana se puede ver todo, con lo cual dime tú si están bien empleados o no, porque, ¿qué haces el resto del día? En fin, resumiendo, mu mono por fuera, poco vistoso o muy manido por dentro. ¿Merece la pena? Pues depende si has visto otros, porque si lo has hecho, visto uno, vistos todos.

Museo de las Ciencias
Genial, maravilloso, estupendo, increíble... para los niños. A mí me llamaron la atención un par de cosas o tres, pero chico, quienes más disfrutaron del evento fueron mis sobrinos de 10 y 15 años. Mi hijo de 3 casi 4... que diga 5, pues estaba entusiasmado, y es que ya se sabe que eso de poder tocar en lo que se quiera sin que te digan "eso no se toca", le gusta a cualquiera.

La entrada en cuestión cuesta 7'50, y para mí es lo mejor de todo lo de allí. Son 3 plantas... errr, mejor dicho 2, porque la del medio vaya patata de planta sobre los premios Nobel que ni a mí me llamaba la atención. Y la superior con una de Star Trek para frikis que hubieran seguido la serie (aquí pocos habría, pero bueno), con cosas chulas, como maquetas de la Enterprise, trajes del Spook, y cosas así. Llamativo sin más. Y sí, merece la pena entrar solo por ver toquetear a los adultos en cosas hechas para niños... pero si tenéis ocasión de visitar otras ciudades con un museo como este, no lo dudéis (llámese Granada, de lo bueno lo mejor, y de lo mejor, lo superior, además con una ciudad con tanto encanto y tan económica que os sorprenderá).

Hemisféric
Llámese a un lugar cerrado donde meten a un wevo de gente para ver una película que pensábamos que era en 3D o que se movían los asientos. Pero no. La cúpula del cine, supermona de la muerte, es la más grande que he visto.

A la entrada te daban unos cascos estúpidos, que la gente se ponía nada más entregárselos. Parecían un ejército de frikis del futuro. El caso es que la peli que cogimos era una bazofia tipo documental de la 2 sobre dinosaurios, los cascos no hacía falta que te los colocaras porque solo aportaban sonido en tu idioma, y al final tan tan grande era la pantalla que a veces se te quedaba este careto de anormal con mareo incluído del movimiento de la cámara:

Gracias al sujeto por ofrecerse a la foto tras la peli xDD (espero que no tenga copyright)
En fin, que no aconsejo bajo ninguna circunstancia pagar 7'50€ por una dosis de mareo y una peli-documental que puedes ver en el salón de tu casa sin necesidad de pasar por caja y que se te quede la cara arriba reflejada tras la sesión.

Una vez finalizada la peli, vuelta a la salida de la muerte, pasando calor de mil demonios, y una cosa llamativa: no te hacen salir por un túnel fresquito no, te hacen subir al exterior, para luego bajar y volver a subir (supongo que el precio de las entradas no les da para poner una mijita de aire acondicionado, pero bueno).

También destacar una exposición de dinosaurios por el que no estuvimos dispuestos a pagar ni un euro más. 

Al día siguiente, a las 8 en pie, y vuelta a casa. Agotador el viaje, pero no menos que las vacaciones. 

PD: tuvimos que descansar para poder quitarnos la bizquera del cine, si no, no hubiéramos llegado en la vida.