domingo, 28 de noviembre de 2010

Valores y menosprecios

Vivimos en una sociedad alarmantemente egoísta.

Día a día estamos perdiendo valores humanos, sentimientos y sensaciones que hasta hace bien poco eran imprescindibles, como el respeto, el amor, o simplemente la educación.

Actualemente, en esta época colmada de cambios, vemos sólo lo que nos interesa egoístamente, y ese no es el camino a seguir por una sociedad civilizada. Nos interesa más lo que pasa fuera de nuestras fronteras que dentro, donde hay demasiada división. Estamos pendientes del maltrato animal cuando hay familias rotas por el maltrato dentro de casa.

Cada día nos cuesta más expresar nuestros sentimientos, dar un buenos días o simplemente besar o abrazar cuando realmente nos apetece.

Todo esto es muy triste. Apelamos a la violencia a la mínima de cambio en lugar de pensar en buscar una solución pacífica y calmada, donde parece que el que se enfrenta a los demás tiene más cojones que nadie, y si vas en plan tranquilo eres un gilipollas.
Estamos volviendo a la era donde descendimos de los árboles.

Ahora vale más un puñetazo que un beso, o un insulto que un te quiero, incluso un temor de decir lo que sentimos prima más que soltar una fresca. Y así no avanzamos...

Queremos lo mejor para nosotros, pero atrás quedan, o al menos sólo para las épocas navideñas que se acercan, los miles que se mueren de hambre. Estamos en una sociedad rancia e hipócrita. Defendemos nuestros derechos sin pensar en los que no los tienen.

Y tú que estás leyendo esto ahora mismo seguramente lo corrobores. Pero no hacemos nada. Leemos, miramos, nos relacionamos, pero no hacemos nada. Estamos continuamente siendo manipulados por las altas esferas gobernantes y los estados ricos. Dejar de lado el "You've got to give for what you take".

Ya es hora de levantarnos en armas, cual revolución de los claveles portuguesa, y digamos bien alto:  ¡BASTA! DEJADME SENTIR, POR FAVOR... y lo que es más importante, expresadlo.

Saludos.


1 comentario:

Camomila dijo...

Es cierto que en estos tiempos que corren la gente ha pasado de "transmitir" sus buenos sentimientos, pero no creo que por ello ese tipo de sentimientos hayan desaparecido.

Me gusta la frase final: Todo el mundo debería tener la valentía y el derecho de poder decir aquello que siente sin ningún tipo de miedo.

Besos